México, nuestro país es un territorio megadiverso, multi y pluricultural, donde se hablan casi 70 lenguas originarias de los pueblos; pueblos que, a pesar del paso del tiempo, han preservado, adaptado y antepuesto sus formas de organización social tradicionales. Así, en pueblos como el mío, Tepoztlán, Morelos, las figuras de liderazgo y organización social siguen siendo de vital importancia para el funcionamiento adecuado del engranaje de la vida cotidiana.

En Tepoztlán, tenemos, además de las autoridades del gobierno municipal (que a veces funcionan y poseen liderazgo y otras no), existen todavía en la actualidad: los consejos barriales, el conjunto de vecinas y vecinos que, reunidos en asambleas realizadas en los atrios de las capillas, debaten sobre las distintas problemáticas sociales y elijen, mediante mecanismos de participación democrática, a los distintos responsables de las distintas figuras de representatividad comunitaria. 

De estas asambleas comunitarias de los barrios, los pueblos y las colonias de Tepoztlán, surgen los mayordomos y mayordomas, encargados de la administración y el normal funcionamiento de las capillas de los barrios. La tarea de un mayordomo o mayordoma es crucial, puesto que, las capillas de los barrios son los puntos de encuentro vecinal, los espacios en que toman las determinaciones sobre las problemáticas de la dinámica social cotidiana del pueblo. La iglesia de cada barrio, pueblo y colona es un espacio de convergencia social. 

De estas asambleas también surgen, los "comparceros", encargados de la planeación, la organización, la ejecución y realización general de los carnavales. Estos se cambian cada año. 

En estas asambleas comunitarias de los barrios se eligen: los integrantes del COPLADEMUN, los integrantes de los consejos vecinales de seguridad; también aquí se forman los grupos de brigadistas y voluntarios que cuidan la montaña tepozteca, que realizan las tareas de sofocación de incendios, en los casos en que se presentan, así como otras tareas que el cuidado y la protección de los bosques y las montañas del pueblo necesitan. La labor de estos brigadistas, formados ya como "Grupos Cívicos Forestales", adquiere mayor relevancia, cuando nos enteramos que su labor es desinteresada, voluntaria.

Como ven, en Tepoztlán se siguen respetando hasta ahora las formas de organización social y comunitaria tradicionales; y esto ha contribuido a que, históricamente, el pueblo se haya convertido en un referente de las luchas de resistencia civil, en contra de los intereses egoístas de algunos que, cegados por sus intereses propios, han buscado inútilmente, imponer megaproyectos que iban encaminados a terminar con la riqueza ambiental y cultural del pueblo tepozteco. 

Quien no recuerda la lucha contra el Club de Golf (1995); o la que se instauró contra el ten escénico y el teleférico, en la década de los sesenta del siglo pasado. 

Recientemente leí la ponencia de Orlando Reyes Gómez, "Desafíos de los Pueblos para encontrar nuevas formas de integración" (2021), presentada en el marco del XXV Seminario Internacional los Partidos Políticos y una nueva Sociedad, organizada por el Partido del Trabajo de México. En ella, el autor enmarca que, se debe generar una nueva forma de integración regional que, en el ámbito del mundo neoliberal, respeten los procesos de desarrollo de cada uno de los pueblos; enalteciendo el hecho de entender que somos pueblos diversos y, que esta diversidad esta la grandeza y la riqueza cultural, no solo de los pueblos de México, sino de nuestra América. 


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