En México, estamos en el medio de una serie de procesos de transformación social, en el que, estamos pasando por una etapa transicional real entre los gobiernos neoliberales de las décadas pasadas y un gobierno de corte más social-humano; pero este proceso no es exclusivo de nuestro país, está ocurriendo en prácticamente todo el sur de nuestro continente. Este proceso, es, como dije, tendiente hacia una forma de gobierno más centrada en satisfacer las necesidades de la población por mecanismos más tendientes a lo humano, lo comunitario y lo social, en vez de centrarse únicamente en lo económico. 

En las épocas anteriores, la idea de la globalización y la estandarización hicieron que lo humano, lo comunitario y lo social quedaran relegados a un segundo término; y dejaron de lado el desarrollo integral del ser humano, haciendo sociedades que viven -ahora- enfrentando una crisis profunda de valores. Por ello, no solo es necesario retomar las perspectivas humanitarias, sino que es obligatorio. 

Hace poco leía sobre el desarrollo de la clase proletaria; sí, leía sobre el proceso histórico de formación del Marxismo, pero lo hacía, por medio de una valoración objetiva, rescatando los elementos del sistema político-social-económico centrado en lo humano, más que en lo sistemático, y rescaté los elementos humanos del marxismo-leninismo, es decir, el punto más humanista y menos técnico y radical de este pensamiento. Rescaté, los elementos positivos del trabajo colaborativo, la formación de relaciones humanas y la forma de relacionarse, y los contrasté con cómo es la forma de vida de los pueblos más tradicionales, como el mío. 

En Tepoztlán persiste una forma de vida y de organización social en la que el trabajo comunitario es fuerte y juega un papel preponderante en la organización social, así es que hasta el presente se mantienen las mayordomías, las representaciones comunitarias, los comités vecinales, los consejos, y más recientemente los colectivos. 

En un artículo anterior, dije: que las y los jóvenes hemos encontrado en la organización colectiva un nuevo medio para decir lo que pensamos, así, este tipo de organizaciones retoman la agrupación de personas con intereses y motivaciones comunes, y los ayudan a manifestar su pensamiento y posicionamiento respecto de los distintos problemas sociales. Los colectivos y colectivas, no son más que la forma moderna que surgieron de estas formas de organización comunitaria heredadas del pasado, pues persiguen no otra cosa más que los fines humanos y no de otro tipo. 

Nuestro papel como jóvenes en la nueva sociedad, -en la sociedad del presente- no es otra más que ayudar de manera colaborativa a dejar huella contundente sobre nuestras perspectivas de los temas actuales, teniendo en mente la perspectiva humana, trabajando en transformar a la sociedad involucrándonos en los procesos sociales a través del trabajo colaborativo. Esta, es otra forma de participar en la política, haciendo una política que verdaderamente transforma a la sociedad.